El tendedero

miércoles, 14 de mayo de 2014

QUINTO PODER: Devuelvan a nuestras niñas

QUINTO PODER
Devuelvan a nuestras niñas
Argentina Casanova
Todos los días desde que tuve conciencia de lo que significaba, lo digo: Bringback our girls... lo aprendí en la calle, lo aprendí en mi vida, lo aprendí en el trabajo, lo aprendí de las niñas que conocí en mi infancia, las que veo a diario, las que me mueven y cuyas realidades me irritan y enojan, y me hacen un nudito en la garganta. 

México es un país en el que a diario las niñas son arrancadas de su infancia para ser explotadas laboral y sexualmente. Las niñas que se ven arrancadas de su infancia para ser obligadas a ser adultas por la condición de marginación, abandono e irrespeto, las hijas de nadie que nadie quiere cuidar, las que son "carne de cañón" de la vida diaria, las olvidadas, las pobres, las indias bonitas, las que limpian casas a temprana edad, las que tienen que trabajar, las que son obligadas a casarse, las que sus familias olvidan y deben cuidarse solas... Traerlas de vuelta a todas, alguna vez, algún tiempo, a seguir luchando por ellas, por las niñas que alguna vez fuimos y que alguien arrancó de su infancia a golpe de realidad y abuso.
Hoy día son noticia 300 niñas de Nigeria por ser raptadas para ser trasladadas por una secta radical Boko Haram, en un claro ejemplo de como las niñas-mujeres son el botín de guerra cuando se viven las peores condiciones. La forma de vulnerar a una sociedad es atacando a sus niñas y mujeres, la forma de quebrar la dignidad de un pueblo es el ataque contra “sus mujeres”. Ellas no tienen voluntad ni posibilidad de ser vistas como sujetas plenas, son “accesorias” a una sociedad y susceptibles de usarse.
Hoy nos conmueve Nigeria, pero esa es la realidad de millones de niñas en todo el mundo. Miles de niñas-jóvenes que son secuestradas, arrancadas de sus hogares, de sus colegios, esperadas en un vehículo para ser subidas a la fuerza y llevarlas a puntos distantes donde serán explotadas sexualmente, la realidad en Europa del Este, en la India, en México, en Centroamérica, en Argentina, en cualquier lugar… es decir, no hay sitio seguro para las mujeres. De ahí que cuando escucho “espacios seguros para las mujeres” me pregunto: ¿y el resto del mundo para cuándo?
Devolver a las niñas a ellas mismas incluso, sí, porque a veces se las secuestra en otras formas. No necesariamente llevándolas lejos, sino cuando se las obliga a asumir roles que no les corresponden y que vulneran sus derechos, como ocurre comúnmente en México con el matrimonio a temprana edad, cuando se les niega la posibilidad de una interrupción legal del embarazo secuestrándoles sus cuerpos, obligándolas a ser madres por la buenas conciencias de quienes creen que las adolescentes no van a ejercer su sexualidad y se les oculta la información y el acceso a los métodos anticonceptivos.
Se les secuestra en esas niñas de 12 años de familias pobres, al ser entregadas a hombres mucho mayores que las hacen sus “esposas” y a los 18 años tendrán un cuarto embarazo que pone en riesgo su vida y sin derecho a la interrupción y por supuesto con la negativa a ser operadas para no tener más hijos “porque son muy jóvenes”, para parir en un jardín o en una sala de espera.
En México en el país de buenas conciencias donde se critica en las redes sociales a los matrimonios de “niñas” que ocurren en el medio oriente, pero donde es común, aceptado y alentado por servidores y servidoras públicas a que las víctimas de violencia sexual sean casadas con sus agresores como una salida para evitarle la cárcel al violador.
Quién nos devolverá  a esas niñas que desde temprana edad por el abandono de las personas adultas se ven obligadas a trabajar en actividades peligrosas, a cuidar a otros niños, a cargar atados de leña para hacer carbón, a cocinar y a cargar garrafones de agua de 20 litros, testimonios que escucho de las niñas en comunidades como Mucuychakán, en Campeche, y que seguramente se repiten en todo el país.
Quién devolverá a esas niñas que han sido secuestradas por la realidad, por el crimen, por la violencia comunitaria, por la pobreza, por la discriminación en las escuelas, por la imposibilidad de acudir a la escuela y en vez de eso son ocupadas en tareas domésticas o laboran hasta muy noche vendiendo golosinas.
Que nos devuelvan a las miles de niñas que tan solo hoy, este día estarán vendiendo sus cuerpos víctimas de la explotación sexual de sus padres, familiares, de un secuestrador o del propio sistema que les niega sus derechos.

@argentinamex

1 comentario:

Haydee dijo...

Interesante análisis, se vuelve difícil hablar de la mujer como botín de guerra, dado que desde el ámbito internacional esto se ve como hechos aislados y pasa por la invisibilización e insensibilidad de las políticas públicas internacionales, pero hay otro grupo de niñas que me preocupa y de las que poco se habla o escribe y son las de la clase media alta, las niñas que se casan por estar embarazadas.
Gracias por el artículo. Felicidades.